Por varios meses, Benjamín Michel Delgado logró lo que pocos fugitivos consiguen: desaparecer. Era buscado desde febrero, cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) desbarató una organización narcocriminal que traficaba marihuana desde la frontera con Bolivia hacia distintos puntos de Salta. Aquel día, logró escapar en medio de una persecución a toda velocidad, mientras el resto de la banda —liderada por un comerciante oranense y su pareja modelo— terminaba tras las rejas.
Pero la suerte se le acabó ocho meses después, por una casualidad.
Un vuelco y una mentira
El 5 de octubre pasado, una camioneta Toyota Hilux volcó sobre la ruta nacional 50, cerca de Aguas Blancas, en el norte salteño. Iba al mando de un hombre que se presentó en el hospital como “Matías Delgado”, acompañado de una mujer. Ambos resultaron heridos y fueron trasladados al Hospital San Vicente de Paul, en Orán.
Todo parecía un siniestro vial más, hasta que algo llamó la atención de los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria: la camioneta destrozada era idéntica a la que un prófugo —el verdadero Delgado— solía mostrar en sus redes sociales. Los agentes cotejaron la patente, se acercaron al hospital y confirmaron la sospecha: el paciente no era Matías, sino Benjamín Michel Delgado, uno de los hombres más buscados desde febrero por integrar una banda narco.
Su intento por esconderse tras el nombre de su hermano no alcanzó. Esa misma noche quedó detenido.
La audiencia desde el hospital
El viernes siguiente, desde la cama del hospital y de manera virtual, Delgado escuchó su imputación: coautor del delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes y tres hechos de resistencia a la autoridad. La audiencia estuvo a cargo de la jueza Mariela Giménez, del Juzgado Federal de Garantías N°2, y de la auxiliar fiscal Florencia Altamirano, quien solicitó su prisión preventiva.
Delgado prefirió no declarar, pero esta vez no pudo seguir negando su identidad. El Ministerio Público Fiscal confirmó que estaba prófugo desde el 5 de febrero, cuando escapó durante un operativo en el que se incautaron 15 kilos de marihuana.
El día que empezó la fuga
Aquel 5 de febrero de 2025, la PSA vigilaba desde hacía semanas los movimientos de una organización encabezada por Gustavo Tolaba, un comerciante de Orán, y su pareja, la modelo Martina Oliva, ex Miss Orán. Junto a otros cómplices, trasladaban droga desde la frontera boliviana hacia el interior de la provincia.
El grupo se movía en convoy: Tolaba manejaba una camioneta Hilux en la que viajaban Oliva y Ángela Cuenca, mientras que Delgado conducía un Citroën C3 cargado con 15 kilos de marihuana, acompañado por Juan Alberto Romero y Leiton.
Ambos vehículos salieron de Orán con destino a la capital salteña, tomando caminos alternativos para esquivar los controles. Pero al llegar a la ruta nacional 9/34, la camioneta fue interceptada por personal de la PSA. Delgado, que venía detrás, giró en “U” y huyó a toda velocidad.
La persecución fue vertiginosa: el Citroën avanzó por la ruta provincial 112 a más de 180 kilómetros por hora, mientras los ocupantes arrojaban los bultos de marihuana por las ventanillas. La fuga terminó en la finca San Juan de Dios, en Jujuy, donde los policías hallaron el auto abandonado. Romero fue detenido, pero Delgado y Leiton se internaron en el monte y desaparecieron.
Durante los meses siguientes, Delgado se convirtió en una sombra. Los investigadores detectaron que alternaba residencias entre Orán, Pichanal y Bolivia, y que usaba distintas camionetas para moverse. En julio, fue visto dos veces: primero en la casa de Ángela Cuenca, donde cumplía arresto domiciliario, y luego en un taller mecánico de Pichanal. En ambas ocasiones, consiguió escapar por el fondo o por zonas de monte.
Los agentes de la PSA lo calificaron como “un hombre escurridizo”. Su conocimiento de la zona y sus vínculos en la frontera lo habían mantenido oculto durante meses. Hasta que un vuelco en la ruta, y su propia camioneta, lo traicionaron.